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19. El tutor ideal

 

Hoy vengo a hablar de lo que según para mí sería un tutor ideal. He decir que no he tenido experiencias muy relevantes con mis tutores. La mayoría usaban esa hora para dejarnos estudiar o para hacer algún cuestionario que les obligaban a hacer desde dirección y luego ni comentábamos. Por lo que me gustaría cambiar un poco esta situación. Además, he de decir que personalmente me llama mucho la atención la idea de ser tutora y poder ayudar en cierto modo a los estudiantes de manera más cercana de la que se hace impartiendo una asignatura.

El otro día en clase, pusimos en común por grupos cuál es nuestra idea de un tutor ideal y que características creemos que debería tener. Y aquí os presento nuestro tutor resultante:

Como podéis ver, no solo tiene muy buen sentido del gusto para vestir y combinar colores, sino que también es una persona con valores muy positivos que pueden tener un gran impacto en los alumnos a los que tutoriza. En concreto, quiero destacar tres de estos valores que considero imprescindibles.

  •        El primero es la asertividad. He de decir que he escuchado esta palabra más en los dos meses que llevamos de máster que en toda mi vida. Pero me ha servido para entender la importancia que tiene como docente. Y especialmente siendo tutor es imprescindible tener una actitud asertiva para no solo defender lo que quieres transmitir, sino también aceptar las opiniones y críticas de tus alumnos.
  •    Otro valor imprescindible es la comprensión, especialmente tratando con adolescentes. No solamente están pasando por la etapa con más cambios físicos, mentales y sociales de su vida, sino que también cada uno de ellos cuenta con un contexto diferente que evitablemente va a afectar su rendimiento y comportamiento.
  •   También quiero destacar la actitud motivadora. Como he dicho, los adolescentes están en una edad complicada en la que tienen muchas más preocupaciones aparte de las materias que estudian, y más aún de la tutoría. Pero tener un tutor que tenga motivación y sea capaz de contagiársela a ellos, me parece muy beneficioso para un mejor aprendizaje y bienestar en el aula.

Por lo que ser tutor no es precisamente fácil. Hay muchos valores que debes tener como persona para poder tutorizar correctamente a tus alumnos. Pero también me parece una oportunidad muy bonita para llegar a conocer más a los estudiantes y ayudarles con las necesidades que tengan. Porque, al fin y al cabo, todos hemos pasado por la adolescencia y sabemos que un poco de ayuda y orientación no viene nada mal.


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