Como ya mencioné en la anterior entrada, la educación española tiene un gran déficit en el ámbito de la practicidad de los contenidos, y por ello es mucho más complicado para los alumnos decidir a qué quieren dedicarse en un futuro.
Como indica Daniel Pérez en el artículo de El Mundo seleccionado para este tema, “Las universidades no se interesan por el mercado actual, por las necesidades que tienen las compañías y las empresas que seleccionan talento. Hay una falta de interés por actualizarse, por estar en el día a día”. Como consecuencia, los alumnos recién matriculados no tienen prácticamente experiencia ni conocimientos sobre el mercado laboral con el que se encuentran al acabar la carrera. En mi experiencia, somos muchos los alumnos que nos graduamos de la carrera sintiendo que no tenemos los conocimientos prácticos suficientes. Y en muchos casos, también hay quienes no saben cómo encauzar su camino profesional ya que no conocen todas las opciones laborales de aquello que han estudiado.
Pero este problema también aparece antes, en la educación
secundaria, y especialmente, en bachillerato. En el grupo de discusión en clase
coincidimos en que ninguno de nosotros había tenido apenas orientación laboral
en el instituto. Además, eran muchos los casos de estudiantes que a punto de
terminar segundo de bachillerato no sabían a que se querían dedicar, ya que la
orientación de los institutos es normalmente insuficiente.
Como solución a esta situación, pensamos en algunas
medidas que podrían ayudar. Por ejemplo, ofrecer a profesionales de distintos
ámbitos que acudan a los centros educativos para explicar a los alumnos su
profesión y resolver cualquier duda o interés respecto a ella. Al igual que
permitir a los alumnos visitar entornos de trabajo que les puedan interesar
para ver cómo se desarrollan esos trabajos. Ya que desde un aula en el que los
contenidos son mayormente teóricos es muy complicado que los alumnos vean la profesionalización
de ellos y cómo los pueden llevar a utilizar en un entorno laboral.
Otro punto en el que también coincidimos fue la necesidad
de la orientación no solamente hacia carreras universitarias, sino también hacia
ciclos de formación profesional. Y luchar desde los centros contra el estigma hacia
estos ciclos, ya que son muchos los docentes o familias que hacen creer a los
alumnos que los trabajos obtenidos mediante carreras universitarias son más
prestigiosos y mejor valorados. Cuando en la actualidad en España, debido a la
reducción del número de alumnos en formación profesional, los trabajos que se
obtienen a través de esta vía son cada más demandados. Por lo tanto, es de gran
importancia que desde los centros se explique la importancia de la formación
profesional y se intente eliminar el estigma que hay hacia ella. Y además,
reforzar la orientación personalizada a los alumnos según sus intereses y
capacidades personales.
¡Me ha encantado tu post! Yo también quedé insatisfecha con la orientación en mi instituto, es verdad que siempre tratan de conducirte a la universidad en vez de comprender los intereses del alumno. ¡Me ha parecido genial tu sugerencia de visitar los entornos de trabajo! Creo que sería una medida muy útil para los alumnos.
ResponderEliminarMuchas gracias Esther. Me alegro mucho de que te haya gustado el post:)
EliminarNueva mente pienso que la orientación en los institutos es escasa. Me encantaría que hubiera sesiones coordinadas con el orientador o se normalizase recurrir a él.
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