La reducción del abandono escolar es una tarea pendiente de la educación española. La tasa del abandono educativo temprano en España en 2022 era el 13,9%, de las más altas de Europa. A pesar de que esta cifra haya disminuido considerablemente en la última década, sigue habiendo escasez de recursos para ayudar a aquellos alumnos que no tienen motivación ni oportunidades para seguir con su formación.
El documental Pulso
al Fracaso muestra un centro de segundas oportunidades, en el que tratan de ofrecer
una educación alternativa a aquellos alumnos que no se han adaptado al sistema
educativo convencional. En el centro que se muestra en el vídeo, los alumnos
explican las dificultades que han tenido en los centros en los que han estudiado y el
por qué de su “fracaso” escolar. Este centro les ofrece una segunda oportunidad
donde les muestran contenidos más prácticos que les pueden resultar de mayor utilidad y que les motiven a seguir en el sistema escolar.
He de decir que
me ha sorprendido enormemente la voluntad y fuerza mental de los docentes en el
centro. Ya que tienen que lidiar con alumnos con enormes problemas contextuales
y de motivación, además de múltiples faltas de respeto hacia ellos y muestras
de violencia dentro del aula. Por ello, el trabajo de estos docentes para que
sus alumnos sean capaces de recibir una educación digna y que fomente su
aprendizaje y valores me parece admirable.
Otro punto a
tratar son las obligaciones que según el artículo 91 de la LOMLOE deben cumplir
todos los docentes. En concreto, me centraré en el artículo 91.1, que establece
“la promoción, organización y participación en las actividades complementarias,
dentro o fuera del recinto educativo, programadas por los centros.” Las
actividades fuera de la rutina diaria en el aula son un gran incentivo para la
motivación de los alumnos, además de ser una fuente de aprendizaje extra, y
generalmente muy efectiva, a los contenidos vistos en el aula. Por ello, es de
gran relevancia que estas actividades se fomenten desde el centro educativo.
En especial,
considero que en los centros de segundas oportunidades estas actividades
complementarias son esenciales, ya que permiten a los alumnos ver un lado de la
educación más dinámico más allá de un libro de texto. Y que por ello, puede ayudarles
a ver la educación como algo interesante y de utilidad, y no simplemente como
una obligación. Además, estas actividades prácticas pueden contribuir a descubrir
una vocación para los alumnos que antes desconocían.
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